Los bivalvos constituyen un grupo de moluscos muy evolucionados. Se conocen desde el Cámbrico, pero son raros hasta el Silúrico, alcanzan su apogeo en el Terciario y llegan hasta la actualidad.
Salvo algunos grupos de gran interés paleontológico (como los rudistas), la mayoría de bivalvos son equivalvos, con un cuerpo comprimido lateralmente en las formas libres, está protegido por dos valvas calcáreas, conectadas mediante un ligamento y articuladas dorsalmente mediante una serie de dientes y fosetas que originan la charnela (fig.17). Las partes blandas del organismo, como el manto o los músculos) dejan impresiones en el interior de las valvas, muy útiles para su clasificación. Las valvas crecen por acreción de carbonato cálcico alrededor de sus márgenes, dando lugar a líneas o estrías de crecimiento que se disponen concéntricamente en la superficie de la concha. Pueden presentar costillas o estrías radiales rectas o curvas que, al cruzarse con las estrías de crecimiento originando ornamentación más compleja, como tubérculos, espinas, escamas imbricadas, etc. (fig.18)